lunes, 9 de mayo de 2011

CUANDO HACIAMOS PAN CON LAS HISTORIAS

Oye papa´Che, y tu ¿a qué te dedicas? Porque te veo salir al trabajo y nunca se en que trabajas... (en aquel entonces tenia 8 años de edad, y muchas preguntas por salir a la vida).
El sabado te enseño; fue una promesa segura, el abuelo siempre trato de cumplir sus promesas.
Llegado el día señalado en el patio de la casa habia una extraña mesa elaborada, casi de forma rústica, con tablones sin pulir, ni barnizar y con algunas irregularidades, pero dispuesta a relizar la faena de trabajo para la que se le instalo.
-Buenas tardes- dijo el abuelo junto con los tíos que ya se encontraban haciendo las primeras mezclas para elaborar el producto final. -¿Qué tal la escuela, niños?-preguntó a mis hermanas y a mí que veníamos terminando la jornada del día.
Corrimos a dejar mochilas y trabajos y salimos a mirar la actividad que estaban realizando.
Harina, huevos, rayadura de naranja, mantequilla, aceite, agua y otras cosas que no conociamos, pero que iriamos aprendiendo sobre la marcha.
-Papa´Che..¿eres panadero?
-Si mi niño, y me sale muy sabroso- Y eso fue verdad, siempre le salió muy rico el sabor del producto.
No solo fue hacer pan, por cierto que era Pan de Muerto para el consumo de la familia, ya que estabamos a 30 de octubre, víspera de la fiesta....El trabajo fue emocionante, ver al abuelo trabajando y enseñando (los tíos ya sabían de eso, igual que papá, que llegó en la tarde a integrarse); pero más emocionante fue escuchar las historias y anecdotas que contaban y contaban el abuelo, los tíos y las personas que llegaban con motivo o sin él al patio de la casa.

Cuando la historia es interesante el narrador tiene ganada media atención y cuando el narrador emplea una serie de actitudes entremezcladas con el drama y la actuación ya gano la otra mitad.
En enseñanza es importante recuperar el papel de los narradores (cuantacuentos, monologuistas, expositores, etc) ya que en ocasiones la información vertida en los libros es lineal, estadistica, fría y sin un sentido de lo humano.
Cuando se cuenta una anecdota de Miguel Hidalgo, Juárez o Zapata las personas (y los niños) inmediatamente ponen atención y en ocasiones lo retienen más que lo que dicen los textos de la escuela.
La lectura no es mala, pero dice un libro tomado por sagrado una idea que hemos vivenciado todos como "Todo tiene su tiempo y cada cosa su lugar", así que hay también un tiempo tiempo también para narrar, para contar y...(porque no) para enriquecer lo que nos han contado.
La ciencia y la tecnología tienen su propio estilo de enformar y reportar sus resultados y hallazgos, pero eso no quiere decir que deban de ser tan formales, rigidas y esquemáticas...la narración acerca, permite sensibilizar y da apertura a lo humano. Los hechos no son acontecimientos distantes y fríos, los héroes no son buenos e inmaculados, los villanos no son sombrios e inmutables, y las circunstancias existen y son tomadas en cuenta.
Hace falta recuperar la narración y la riqueza cultural que ella aporta a las nuevas generaciones, ya se ha abierto la posibilidad de que se integre a las actividades del aula, pero hace falta que nosotros (docentes y personas en general) aprendamos a difrutar las historias de quienes las comparten y nos contagiemos con las ganas de compartir y contar las que hemos aprendido.
Igualmente si se aprenden diferentes versiones de un evento y personaje es enriquecedor, dado que así se permite tener puntos de vista variados, y tener oportunidad de indagar y averiguar que tan ciertas y veridicas son estas versiones.
Lo único malo de la experiencia de ese día es que...nunca pude aprender a cocinar (menos a preparar pan).

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